Originalmente esta cepa se criaba en el sudoeste de Francia, sin embargo poco a poco fue extinguiéndose en esa región hasta que, dadas las condiciones climáticas de Argentina, su cultivo se mudó de país.
Mendoza, figura como la principal región vitivinícola de Argentina, pues en sus tierras se encuentran el 86% de los cultivos de Malbec, debido a que le benefician las las temperaturas altas y los suelos arenosos y/o arcillosos.
El Malbec, además de destacar por su color intenso, es bastante aromático, cálido y otorga sensaciones bastante agradables, como una ligera sequedad y frescura en la boca. Sin olvidar que suele ser bastante aromático: la barrica en la que sea cosechado influirá de manera bastante importante en la obtención de los aromas que tendrá el vino.
Además, el Malbec argentino es ideal para acompañar las carnes rojas, los quesos duros y las pastas preparadas con salsa de tomate.
En Argentina, el Malbec figura como un vino tan simbólico que se conmemora el 17 de abril como el Día del Malbec, recordando que fue un 17 de abril de 1853 que la cepa llegó a Argentina, comenzando un proyecto vinícola que distinguiría a la región en todo el mundo.
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